Paul K es un joven de 72 años muy activo al que le gustaba jugar al tenis, pasear y la vida al aire libre. Hace unos 12/52 años empezó a sentir dolor en ambas piernas y descargas eléctricas que le bajaban por la parte posterior de ambas piernas. Poco a poco fue incapaz de continuar con las actividades al aire libre y habló con su médico de cabecera sobre sus problemas.
El médico de cabecera pensó que tenía algunos problemas neurológicos basándose en los síntomas que describía y le remitió a un examen radiológico y a una consulta con un especialista en ortopedia.
Este es un resumen del informe MRI 05 de marzo 2024
- Apariencia normal de la médula distal visualizada hasta el cono en el nivel L-1. Cambios degenerativos en la señal de la médula.
- Cambios degenerativos leves hasta L2/L3
- L3/L4 - hay un disco extruido que causa canal central de moderado a severo con borramiento casi completo del LCR dentro del saco tecal a este nivel. Estenosis foraminal neural bilateral leve.
- L4/L5 - una protuberancia discal degenerativa menor presiona el nervio L5 derecho en el receso lateral derecho y contacta con el nervio L5 izquierdo. También existe una estenosis foraminal neural derecha grave con posible compromiso neural de L4 derecha.
- L5/S1 - protuberancia discal degenerativa menor que contacta con los nervios L5 en posición muy lateral bilateralmente.
Conclusión:
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Existe una estenosis del canal central de moderada a grave en el nivel L3/L4.
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El dolor bilateral posterolateral de la pierna del paciente podría estar causado por el posible compromiso bilateral de L5.
Paul me telefoneó desde el Reino Unido preocupado por sus síntomas y el diagnóstico del radiólogo. Me pidió consejo sobre si podía ayudarle en lugar de operarse como le había sugerido el traumatólogo.
Informó de que no había claudicación intermitente asociada a la estenosis espinal, que sentía fuertes ambas piernas y que sólo experimentaba una descarga eléctrica en las piernas y los pies cuando corría o bajaba las escaleras. Experimentaba dolor lumbar cuando permanecía de pie durante periodos prolongados.
Le sugerí que los síntomas no coincidían con los comentarios del radiólogo y que tal vez la patología de la resonancia magnética era incidental a su perfil sintomático actual. Decidió volar a Portugal para una consulta y un examen físico.
En la exploración descubrí que tenía inestabilidad pélvica, una pierna corta fisiológica, una escoliosis funcional de la columna lumbar, puntos gatillo en el ligamento sacroilíaco izquierdo y espasmos musculares que iban desde la articulación sacroilíaca izquierda hasta la articulación occipitoatlantal izquierda, justo debajo del cráneo.
El tratamiento consistió en una inyección de proloterapia en el ligamento sacroilíaco izquierdo. Al cabo de tres minutos el dolor lumbar había desaparecido, el espasmo muscular espinal había desaparecido y las piernas estaban niveladas. Tres días después realicé una manipulación osteopática para restablecer la integridad funcional de la columna vertebral. Cuando se marchó, al cabo de siete días, informó de que todos sus síntomas habían desaparecido, salvo un leve dolor lumbar que le ha acompañado durante muchos años.
En conclusión:
Si Paul hubiera seguido el consejo del traumatólogo y se hubiera operado de la estenosis espinal y las protrusiones discales, podría haberse considerado una "cirugía de espalda fallida", porque la operación habría tratado los resultados y no la causa.
Es importante que los pacientes pidan consejo a un profesional que trabaje y practique un paradigma médico diferente antes de dar su consentimiento a la mutilación quirúrgica y a la elaboración de perfiles estadísticos.
En el Centro de Medicina Biorreguladora consideramos que cada persona es un individuo y decidimos el tratamiento más adecuado en función de las necesidades del paciente. La cirugía es a veces la única solución si la patología es grave, pero la cirugía innecesaria es un delito.
El derecho penal tiene un papel que desempeñar cuando los cirujanos abusan de la confianza y dañan a los pacientes, pero entender cuándo un daño quirúrgico no mortal debe tratarse como un asunto penal es una cuestión compleja.
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