Información para el paciente
Dolor de rodilla
La rodilla es una articulación compleja con muchos componentes, lo que la hace vulnerable a diversas lesiones. Algunas de las lesiones de rodilla más frecuentes son los esguinces de ligamentos, las fracturas y las luxaciones.
Lesiones sobre el terreno
Lamentablemente, la práctica de un deporte en un terreno irregular, como un campo de fútbol o incluso la arena, somete a los ligamentos de la rodilla a una tensión excesiva que provoca inestabilidad y lesiones.
Dislocación súbita
La inestabilidad de rodilla a largo plazo sólo puede manifestarse cuando la articulación se somete a un esfuerzo, como correr, que no experimenta durante los movimientos normales de la vida cotidiana.
Accidentes
Incluso los deportistas más cuidadosos pueden verse implicados inesperadamente en un accidente que puede causar lesiones corporales que provoquen dolor e incapacidad a largo plazo.
El dolor de rodilla puede deberse a una lesión local o a un dolor referido de tobillo, cadera, articulación sacroilÃaca o disfunción lumbar. La habilidad del médico y la recuperación del paciente dependen de si el tratamiento resuelve la causa subyacente del dolor.
Una historia clÃnica completa y un examen de la rodilla suelen indicar si el dolor es local o referido. Las radiografÃas y las resonancias magnéticas ofrecen pocas explicaciones sobre la causa del dolor. Obviamente, mostrarán daños en estructuras de la rodilla si existe una lesión de rodilla, pero no mostrarán la causa del dolor si éste es referido desde otras estructuras.
Cómo las lesiones de los tejidos blandos conducen a la artritis degenerativa
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El dolor de rodilla puede deberse a un traumatismo, como una caÃda o una entrada en el campo de fútbol. O puede hacerse más evidente con el tiempo, con rodillas cada vez más rÃgidas e hinchadas.
La inestabilidad de la articulación de la rodilla es el motivo más frecuente de dolor de rodilla, aunque a menudo no se diagnostica en los pacientes y conduce a una intervención quirúrgica innecesaria de la rodilla. Se debe a la debilidad o desgarro de los ligamentos y tendones que rodean la articulación de la rodilla.
La inestabilidad de la rodilla también puede provocar que la rótula se desplace de forma anormal, causando dolor y el desgaste del cartÃlago situado bajo la rótula.
Tras un traumatismo, los ligamentos se distienden y relajan. Si no se trata, se produce una inestabilidad articular crónica y un movimiento articular destructivo con el uso continuado de la articulación, lo que en última instancia provoca cambios degenerativos extensos y osteoartritis.
El movimiento destructivo de la articulación y el proceso degenerativo pueden prevenirse con una intervención adecuada a través de la Proloterapia, incluyendo la Proloterapia tradicional con dextrosa, el Plasma Rico en Plaquetas y la Terapia con Células Madre.
Estos tratamientos regenerativos pueden utilizarse también para las articulaciones artrósicas, pero utilizar estas opciones antes puede ahorrar mucho tiempo perdido y ajustes en el estilo de vida debidos al dolor.